La Bienal de Orlando Menicucci


LA BIENAL DE ORLANDO MENICUCCI

¿Por qué se dedica un evento de tanta importancia a un artista vivo?
En todo el mundo donde se celebra una bienal, esta se constituye en el evento más importante para la clase artística: coleccionistas, galeristas, mecenas, críticos de arte y para los empresarios del sector, ya que esta actividad es un referente de lo que se está haciendo en el país con relación al arte.


Fotografía del maestro Orlando Menicucci por Anny Escoto.


En nuestro país por suerte podemos hoy hablar de un antes (última Bienal 28a) un después del anuncio de la 29a. Bienal a celebrarse el 7 de septiembre 2018.
Entendemos que este es el evento más importante para el Ministerio de Cultura, sin dejar de reconocer la voluntad política de esta gestión encabezada por el señor Pedro Vergés y su equipo de trabajo, tomando muy en cuenta la preocupación permanente del poeta, crítico de arte, gran columnista del periódico Hoy y curador en jefe del Museo de Arte Moderno, el señor, Amable López Meléndez. 
Que titánicamente mantenía la lucha de un remozamiento total e integral de la bienal, donde no solo fueran reestructuradas las bases de esta, sino que incluyera el remozamiento total (con ampliación incluida) del edificio (MAM).
Donde se celebra tan magno evento, y que también fueran recompensados los artistas que resultasen premiados, con una cantidad de recursos que estuviera a la altura de un premio nacional, petición esta que se ha logrado en este momento gracias, a la receptividad del ministerio y la tenacidad  y persistencia del señor Amable López Meléndez.


      De izquierda a derecha Vicemimistro de cultura Cayo Claudio Espinal, Orlando Menicucci, doña Marianne de Tolentino,
      Amable López Meléndez.

Podemos hoy decir que el artista Orlando Menicucci, el señor Pedro Vergés y el incansable Amable López Meléndez, les han devuelto la confianza y la esperanza a todos los artistas dominicanos de apoyar su bienal nacional de artes visuales. 

No menos cierto es también que reina una alegría colectiva en el ambiente artístico por la escogencia de Orlando Menicucci para la dedicatoria, cosa muy atinada en este momento, como tampoco podemos pasar por alto que el artista invitado (nuestro Chichi Cordero) no pudo ser mejor, por los mundos que llevan juntos, tanto esto es una verdad que pudo ser viceversa y el resultado sería el mismo.
Por todos estos y por muchos méritos más es que el historiador del arte y gran artista Danilo de los Santos se refiere a Orlando Menicucci en el Tomo V de la memoria de la pintura Dominicana, como un artista consagrado y respetado de nuestro país.

“Orlando Menicucci, nacido en Santiago en 1949, cursaba la carrera de Trabajo social cuando cofundó el Friordano; (Frinette Torres, Nora Founder, Daniel Henríquez, Roberto Ceballos, Orlando Menicucci y Danicel. 1967-1971 Santiago De los Caballeros).  Había asistido a la escuela local de Bellas Artes y prontamente transita con mucha libertad desde semi-abstracción hasta la obra abstracta. En este lenguaje, escribe el crítico Carlos Dobal, una obra no es exaltación sino el fruto laborioso y viril de una disciplina intelectual, estricta, que trata de pasar la cotidianidad de una línea para elevarla a un nivel estético.  Por eso resultan sus primeros cuadros especialmente “sin flexibilidad” y con un tratamiento duro, casi mecánico” Sin embargo, desde sus inicios, la sobriedad pictórica, la indagación del dominio del espacio, de la línea y de una especial tensión dinámica que intuía, serán sus obsesiones constantes. Desde su óleo Búsqueda (1968) y sus estructurales del Quijote, —de cerrados y fríos espacios blancos— hasta su Cabeza de diablo lechón, —premio de la IV Bienal Internacional de Arte de Ibiza—, su obra es debatiente y definitoria de su personalidad. Por esa lucha es que quizás ha dicho:
 «El quehacer pictórico nunca produce satisfacción sino desasosiego».

A partir del referido óleo de la Bienal de Ibiza, donde manifiesta el irónico misterio que oculta tras una máscara y toda la fuerza del folklorismo nacional en una versión osada, el pintor, también en el tratamiento de la materia, se lanza a utilizar sistemas nuevos en la creación de sus obras (...).
Obtiene efectos de color y da volumen con los collages hechos con los fondos y tapas de latas de pintura y maneja los tonos con pretensión dramática.

Sus estructuras geométricas, un tanto cerebrales, reflejan inquietudes en la forma, mientras sus chorros sangrantes cálidos persiguen una palpitación de sentimientos espontáneos. Orlando está empeñado en la búsqueda de efectos nuevos valiéndose del uso de materiales extrapictóricos a tono con las inquietudes reinantes en el mundo de las artes plásticas.

Sobresaliente de este momento en que el abstraccionismo se configura humanamente es el óleo de Elsa, pintora, “retrato de simbólica y libre concepción de un género de pintura ampliamente cultivado, pero que en Orlando adquiere el rango de contemporaneidad, de análisis y captación psicológicos.
Se completa esta fase con temas de complacencia sexual, donde su grafica estilizada, a veces hiriente, se traspone a sus coloraciones opacas, concretas y terrosas, que cambian a través de tonos variados, logrando un manejo habilísimo del color, especialmente en mérito material, en donde obtiene una sorprendente y bellísima gama de tonos verdes”.


Con color impuesto a la materia como elemento predominante de su obra, desemboca el friordano Menicucci en una pintura más figurada, pero conexa siempre a su lenguaje abstraccionista, en ruptura o descomposición algo geometrizante, dimensional, conexa a la visión real de las cosas u objetos.

A partir de entonces y, con un magnifico retrato a lápiz de cera sobre tela cruda de Clara Ledesma, se afirma como dibujante y pone de manifiesto su agresividad pictórica, «dejándonos atónitos ante la increíble sinceridad de una manifestación tan genuina del talento de un verdadero artista. Al  retrato de Clara Ledesma se agregaron los de Danicel... el de Ada Balcácer “pintado sin timideces ni complacencias», y ajustado «a línea directa y sin remilgos con que trata sus modelos».


Fotografía del maestro Menicucci por el artista Ricardo Ripoll.

Con su personal fuerza expresiva, y dentro de esta modalidad de figuración, Menicucci vuelve a manifestar una cierta preocupación social en los temas, ya en la segunda muestra friordana —enero 23 de 1969— Amanecer de un oprimido, Gólgota urbano y Levantamiento testifican a un Orlando Menicucci agudo en internacionalización social y de filiación expresionista. Cuando vuelve a lo social —agosto de 1,970—, su mensaje  abarca aspectos múltiples de la condición humana y, si lo temático revela nacimiento, lucha, muerte, éxtasis, sus colores se hacen cómplices de la intencionalidad, porque «lejos de ser agradables, llegan incluso muchas veces a una acrimonia tonal confesa.

 En México, donde Orlando Menicucci disfrutó de una beca de la UNESCO que lo hizo permanecer dos años en ese país, puede decirse que produce una obra diversificada, en el sentido de que repasa, en su afán de búsqueda y al contacto con nuevas experiencias, toda la pintura producida y así realiza, tanto una obra abstracta en sus más cerrada concepción, corno una obra de abstracción expresionista o de completa figuración; tanto una obra con los colores de sus primeros trabajos, sobrios y terrosos, corno una obra de gama y matices tonales. En muchas de ellas fluctúa en lo que pudiera parecer estancamiento. Dicha fluctuación no denota un marcado flujo mexicanista, al contrario, somete la obra a una revisión y vigorización por encima de toda la obsesión o la pasión que permite definir a Menicucci como un artista de persistencia.


En estos años mexicanos, también se localiza a un artista de síntesis. Más conocedor y estudioso del Kandinsky tratadista de puntos y líneas <<y más revelador en tratamiento lineal y espacios estructurales, se convierte Orlando Menicucci en un poseedor de la dinámica que él define como tensión en el plano producido por fuerzas exteriores a él (…); tensión sobre una línea (…)
Cuando las formas tienden al movimiento, fuerza-tensión, que son títulos de sus obra realizadas en el mismo centro de Churubusco, donde tenía establecido su estudio. 
De síntesis son también otras obras donde incorpora formales e informales espacios textuales y, a manera de collage, retratos a papel de firme trazo, que recorta para crear composiciones liricas. Su autorretrato El pintor conserva las formas, es una de estas obras, como también Retrato de Cecilia Álvarez White, Retrato de Carlos Terán (Boquita de Mariposa) y Retrato de Marité.
En octubre de 1973 y auspiciada por el Comité  Mexicano de la Sociedad Dante Alighieri. Orlando Menicucci realizó su primera individual. Esta muestra fue titulada Tensiones.
 El texto de un informal catálogo recordatorio, libre de puntuaciones, reproduce los criterios que más, predominan en las obras: fuerza tensión ángulos que crean fuerza sistema de sistemas que tienden a componerse del plano del plano cuadrado rectangular planos que sostienen puntos-puntos en tensiones que ayudan a sostener los puntos hacer visible lo invisible corno un ángulo que no se ve y que sostiene toda una estructura en tensión sistema de sistema punto línea plano tamaño grosor interferencia...

Después de su regreso al país, Menicucci se dedica a la restauración de obras de arte. Incorporado a las expresiones nacionales, organiza y participa en la primera muestra que organizó el Museo del Hombre Dominicano (marzo de 1974) y más tarde concurre a la Bienal de Bellas Artes donde su obra Uno-Uno-Tres-Uno-Cero le hicieron merecedor del segundo premio en pintura.


Fotografía del maestro Orlando Menicucci por el artista Ramón Peña.

El impacto de esta obra tridimensional de gran formato consolidó el talento y el oficio de Menicucci, a quien la crítica no dejó, de vincular -quizás por sus años
de estudio en México— con el muralismo de Siqueiros y de Tamayo o con otros pintores (Francis Bacon, Balcácer, ...), al exponer en la Sala Rosa María (marzo de 1975) en compañía de Daniel Henríquez.

A propósito de la referida, exposición, señala el maestro Suro: «Las figuras de Menicucci se van reduciendo esquemáticamente y se integran en grandes áreas espaciales y la capacidad sintético-formal-espacial aparece por primera vez en el arte dominicano moderno. Su segundo premio de la exposición Bienal del año pasado me llenó de sorpresa y alegría al mismo tiempo.

Nosotros los artísticas puertoplateños y de todo el país al igual que el maestro Dario Suro al enterarse del premio de Menicucci; hoy nos sentimos agradecidos, motivados (como dijo nuestro hermano vitico Cabrera) y alegre a unanimidad con Orlando, hoy estamos dispuestos y trabajando para acompañar al maestro, en este gran recorrido que haremos juntos hasta llegar al museo de arte moderno donde todos le rendiremos un gran tributo y donde se reafirmará el 7 de septiembre 2018 que Orlando es un (maestro) artista consagrado del arte dominicano.
¡Todos para la bienal!  



Afiche de la 29a Bienal Nacional de artes visuales 2018.



Una publicación del Centro de Arte Contemporáneo Casa Colson,
Puerto Plata, República Dominicana. 23 noviembre 2017.

Comentarios